La militarización del espacio avanza, y China no quiere quedarse atrás. En respuesta al creciente número de satélites y objetos en órbita, el país asiático planea equipar su estación espacial Tiangong con un sistema de defensa activa. Aunque su función será pacífica según las autoridades, este sistema marca un nuevo hito en la seguridad espacial.
Durante una conferencia en la Universidad de Nankín, un investigador de la Academia China de Ciencias (CAS) reveló que China está desarrollando un sistema de “respuesta rápida”. Este utilizará pequeños robots propulsados, diseñados para identificar objetos que se acerquen a la estación espacial y remolcarlos fuera de su órbita, si representan una amenaza.
Robots de escolta, no de ataque
Los detalles técnicos son escasos, pero el concepto básico es claro. Si un objeto se aproxima a Tiangong de manera peligrosa, primero se evaluarán maniobras evasivas o cambios de altitud. Solo si estas medidas no bastan, se enviará uno de estos robots remolcadores autónomos, equipados con sistemas de sujeción y propulsión, para agarrar y empujar el objeto a una distancia segura.
China afirma que este sistema no pretende destruir nada, sino proteger a sus astronautas y equipos. Sin embargo, el hecho de que este tipo de medidas se implementen en una estación tripulada genera inquietudes. El 1 de julio y el 21 de octubre de 2021, Tiangong debió hacer maniobras para evitar colisiones con satélites Starlink. China expresó a la ONU su preocupación por el creciente número de estos aparatos en órbita baja, lo que disminuye los márgenes de seguridad.
Una delgada línea entre defensa y disuasión
Analistas internacionales, como los de Reuters, advierten que esta tecnología puede ser el inicio de las “batallas orbitales”, aunque no se trate aún de armamento letal. La diferencia estaría en el uso: mientras otros países emplean sistemas similares para retirar basura espacial, China podría activarlos ante naves en funcionamiento que consideren sospechosas.
Esto no viola el Tratado del Espacio Exterior, que prohíbe únicamente las armas de destrucción masiva en el espacio, pero no restringe sistemas cinéticos como los robots de remolque. Aun así, intervenir físicamente con una nave ajena puede derivar en reclamos por “interferencia perjudicial”, un concepto ambiguo recogido en el mismo tratado.
Por ahora, el sistema se presenta como una solución preventiva y no ofensiva, diseñada para evitar accidentes como los ocurridos con Starlink. Pero su implementación abre un debate sobre el equilibrio entre seguridad y provocación en la nueva era de actividad orbital intensa.